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V. Riccio | La inteligencia profunda de las Constelaciones Familiares
- 10/08/2018
- Publicado por: admin
- Categoría: Constelaciones Familiares Virginia Riccio
“El nivel consciente debe aprender a entregarse por completo a un proceso inteligente que no puede ni debe ser controlado; debe aprender a entretejerse con lo incontrolable; esta es probablemente la tarea suprema de la conciencia humana en este tiempo, y en ella es evidente que la voluntad que tanto valora nuestra civilización no tiene lugar alguno.” Eugenio CaruttiEste artículo surgió de mi interacción con Flavio Cabobianco, Eugenio Carutti y sus escritos recientes. Desde hace tiempo Flavio y Eugenio están trabajando juntos en un libro, que si bien la autoría es de Eugenio, como él dice surge de su interacción con otras personas, una de ellas Flavio. Estuvimos en Buenos Aires y le pedimos a mi hermano Federico que filmara una de esas charlas, a la que yo también asistí. A partir de ahí, empecé a armar este artículo que si bien está hecho desde mi óptica personal, contiene lenguaje de Eugenio y Flavio y varios de sus conceptos. Después de escuchar varias veces esa charla, lo que hice fue sistematizar un poco algunas de las ideas tan interesantes que surgen de esta interacción entre ellos, en relación al trabajo que semana tras semana realizo con la gente, desde las constelaciones familiares.Uno de los conceptos interesantes que ellos están manejando tiene que ver con la inteligencia vincular.Al trabajar estos años con las constelaciones familiares, me di cuenta que este concepto de “inteligencia vincular” se puede aplicar al tipo de inteligencia que contiene a la conciencia familiar.Hace tiempo que me vengo preguntando cómo es que las personas persistimos tanto en querer resolver nuestra vida y nuestras relaciones desde el razonamiento o mente consciente, cuando es evidente que por ese camino no funciona. Desde que trabajo con las constelaciones familiares, me resultó cada vez más evidente que había que acceder a otra función de nuestra conciencia más profunda para poder resolver situaciones complejas que involucran al destino, a nuestras relaciones, a nuestro lugar en el mundo. Este maravilloso método pone de manifiesto una capa más profunda de la realidad y cuando accedemos allí, y solo desde allí, se puede encontrar una solución tangencial para ciertas cuestiones que la mente, aunque quiera, no puede resolver.La vida biológica en el planeta no fue producto del razonamiento de alguien ni de una mente consciente como la nuestra, sino de una inteligencia global más vasta. Entonces, cuando las personas intentamos resolver aspectos importantes de nuestra vida desde el razonamiento y nuestra función centralizadora o inteligencia individual, no encontramos soluciones. Porque la vida es producto de una inteligencia sistémica. Y los seres humanos somos un producto de la vida terrestre. Entonces, evidentemente, en nosotros también habita esta otra inteligencia, que por ahora permanece activada parcialmente.Con esto trabajan las constelaciones familiares, con esa inteligencia sistémica, interactiva, que es capaz de resolver situaciones con muchísima mayor creatividad que la inteligencia individual.Aquí en este punto es cuando me di cuenta que la conciencia familiar era parte de esta otra inteligencia diferente, sistémica y profundamente vincular. El trabajo de Bert Hellinger es magnífico ya que él observó las leyes ocultas que gobiernan esta conciencia. Es decir, entró en contacto directo con esta inteligencia. Lo característico de la inteligencia vincular o sistémica es que nos resulta imperceptible si la observamos desde la función razonadora, es decir, desde nuestra mente consciente. Y esto es así, porque al ser el razonamiento una función centralizadora, todo tiene que pasar por allí, y lo que por su centro no pasa entonces no existe.Cuando empezamos a abrirnos a esta otra inteligencia (a través de las constelaciones familiares, mediante la mirada del I Ching, o de la meditación, por ejemplo) que no es superior como lo tiende a ver la función razonadora, sino diferente, nuestra conciencia comienza lentamente a cambiar de estado y podemos empezar a resolver problemas desde otro lugar. Esto es experimentado como una sensación de plenitud, ya que entramos en contacto con nuestro ser orgánico más profundo.Activar esta inteligencia sistémica en nosotros significa hacer surgir una sensibilidad completamente diferente. Una sensibilidad capaz de vincularse con aquello que nuestra mente actual no puede registrar. Me refiero a activar una inteligencia que no tiene que ver con el razonamiento, sino con el organismo humano en su totalidad como ser profundo, más allá del sujeto y del yo. Esta inteligencia es una red que abarca todo el organismo humano, se parece más a la inteligencia que hace posible la vida biológica y que es profundamente interactiva. No está aislada, sino que se desarrolla en la interacción con otros que son iguales, no considerados superiores ni inferiores. En esta inteligencia habita también lo que llamamos conciencia familiar y desde allí se pueden resolver problemas y dificultades que desde el razonamiento sería imposible o largamente trabajoso.