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V. Riccio | Los síntomas y el potencial no vivido
- 06/03/2020
- Publicado por: admin
- Categoría: Constelaciones Familiares Virginia Riccio

Muchas veces escuché a Stephan Hausner hablar de los síntomas como un potencial no vivido, en el sentido de la acumulación de experiencias que por alguna razón no terminaron de completarse. Para comprender este tipo de concepto necesitamos mirar a las experiencias como alimento para la consciencia, es decir, como aquello que también la conforma. Las experiencias, el mundo en el que vivimos y la realidad externa, que se presentan en la superficie separadas de quienes somos, son en realidad la manifestación de muchísimas decisiones que se tomaron en el pasado: las que tomaron nuestros antepasados y las que tomamos todos los días. Puede sonar místico decir que hay una sincronicidad entre lo que somos y aquello que llamamos destino, sin embargo a mi me suena cada vez más lógico, obvio y evidente que aún estemos viviendo el efecto de aquellas decisiones que otros tomaron en el pasado, incluso nosotros mismos. Cada decisión tomada sin consciencia y presencia genera que el pasado continúe en el futuro y vivamos sus efectos.Solemos llamar destino a todo lo que nos sucede y de lo que nos consideramos separados, aquellos eventos externos que parecen estar esperándonos del otro lado de la orilla, y cuando decidimos no cruzar (haciendo uso de cierta clase libertad), él no tiene inconveniente de dar el paso para encontrarnos. De allí el terror acorde que podemos sentir frente a esa fuerza que se nos aparece como incontrolable, inmanejable y caprichosa.Bajo esta misma mirada, los síntomas son una forma de destino. Con el trabajo de Constelaciones Familiares descubrimos una y otra vez que hay un movimiento que está estancado y que busca completarse a través del síntoma, de allí que “el potencial no vivido” cobre vital importancia a la hora de hacer una Constelación, donde buscamos cuál es la puerta para el movimiento que ha quedado interrumpido en nuestra vida: muchas veces como forma de compensación y de lealtad a aquellos movimientos que no se completaron en otras generaciones. Así como no podemos evitar el destino ni tampoco los síntomas, es decir, no tenemos esa clase de libertad que tanto nos gustaría, hay otras libertades mucho más profundas y transformadoras que podemos tomar:
- La primer libertad se trata del conocimiento de que no podemos cambiar la vibración de nuestro destino pero no hay una forma fija para él, la manifestación está en nuestras manos y en el grado de consciencia que tienen nuestras decisiones.
- La segunda libertad se trata de la voluntad de abrir el corazón al pasado, tanto como nos sea posible. De esta forma muchas de las cosas que nos suceden como trabas, síntomas y problemas, tienen la libertad de completarse por si solas.
- La tercera libertad se trata de asumir el potencial no vivido. Al mirar con amor y haciendo lugar al dolor de aquello que en nuestra familia de origen no se pudo completar, los anhelos no vividos, no expresados y no cumplidos se abre la chance de asumir ahora el propio potencial que no nos atrevemos a vivir: a veces ciertas experiencias para el mañana, otras veces ciertos sentimientos, vibraciones, comprensiones que nos vinculan a nuestros padres, a nuestro pasado en general y a la vida que llevamos hoy.
- La cuarta libertad se trata de dar el paso y cruzar la orilla para ir al encuentro de lo que llamamos destino, abrirnos a su información y vibración sin interpretarlo como fuerza amenazante, sino como fuerza estimulante. Lanzarse al vacío.
Si miramos a la primer libertad, las Constelaciones Familiares nos aportan mucho sobre esto. Nos hacen ver que muchas veces la frase “Gracias mamá, por todo” se lleva en un síntoma, porque hemos alejado nuestro corazón de vivir el potencial de esa frase. Esto quiere decir que el agradecimiento a nuestros padres y a la familia de origen no es una elección, sucederá de una u otra forma, a través de síntomas, de repeticiones o de la voluntad del corazón de poder entrar en ese estado, que no es más que un tipo de inteligencia que la Vida anhela despertar en nosotros. Por supuesto muchas veces uno quiere deshacerse de un síntoma y busca hasta lo imposible, entonces por ejemplo leo esta nota y comienzo a agradecer y tampoco funciona. Hay una trampa sutil en esto de hacer y hacer para resolver y cambiar “el destino”. Cuando el lugar desde el que proviene el agradecimiento es para deshacernos de algo, sin dudas no funciona, no tiene esa potencia. Cuando viene de la entrega al destino, el efecto será siempre sanador, aún cuando la enfermedad en ciertos casos no se retire.Estoy convencida de que habitamos muchos más planos de los que somos conscientes. La prueba es que no puedo ver mis pensamientos y aún así son muy reales, existen en algún lugar. Y sin dudas este mundo es uno de los más misteriosos y maravillosos. Algunas veces las Constelaciones Familiares atraviesan todos los planos colaborando con la sanación (incluso el plano físico), otras sólo los planos inmateriales. Como dice el I Ching, hay cosas que son más importantes que la vida. La razón de porqué este trabajo a veces puede operar en el plano físico y otras no, se vincula con que somos el fruto de un inmenso árbol al que le sucedieron y suceden cosas que están fuera de nuestras manos, es decir, continuamos viviendo las consecuencias de millones de decisiones del pasado. Por eso, como dice Stephan, la mayor responsabilidad que tenemos es la de mantener abierto nuestro corazón y así nos damos la chance de convertirnos en nuestro mayor potencial.