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La amistad nos da la posibilidad de enriquecer nuestra vida, de ampliar esa red que necesitamos fortalecer para salir de la familia de origen.
Los amigos se diferencian del vínculo con la familia por muchas razones. Se trata de un tipo de vínculo donde la estabilidad, responsabilidad y libertad no funcionan como sería en la pareja o como es entre una madre y un hijo.
Tampoco se trata de un vínculo que ponga en riesgo nuestra vida o que tenga la capacidad de enfermarnos, se trata del gobierno de una libertad muy profunda, donde cada uno puede ser quien es, donde las distancias y cercanías se van regulando instante a instante con menos exigencias que sí hay en otros vínculos donde se requiere otro tipo de encuentro, por ejemplo aunque pasaran meses sin hablar con un amigo, esto no hacer mermar la relación. Esos son los verdaderos amigos, están ahí aún cuando no están, a veces más lejos otras más cerca, cuando pueden estar están, cuando no pueden también está bien y es algo fácil de respetar, aguantar, tolerar.
Sin embargo muchas veces proyectamos en la amistad todo lo que no está resuelto en el vínculo con la familia de origen. Demandamos una atención que muchas veces no es adecuada, que corresponde más a una pareja por ejemplo, es decir, no estamos en orden y buscamos en la amistad cosas que allí no pueden generarse ni darse, al menos no sin deformar el vínculo a algo que no es una amistad.
¿Qué es un amigo?
Allí donde no damos la vida, donde la responsabilidad y libertad van juntas sin contradicción, donde podemos entregarnos sin que se nos exija, donde podemos mostrar lo que más nos duele y ser escuchados con respeto, distancia y al mismo tiempo con amor, eso es un amigo.
Crecer es diferenciar estos vínculos de la unión con la familia. Muchas veces se dice a un amigo “vos sos como familia para mi”, sin embargo esta frase confunde, porque no son familia, o en todo caso no son familia en el sentido que usualmente la entendemos. Los amigos son parte de una red interconectada mucho más amplia que la familia, donde las lealtades son diferentes, al igual que la libertad y la responsabilidad.
En este día nos invito a todos a dar a los amigos el lugar que les corresponde, es decir, a soltar las proyecciones, ubicar en nuestra familia de origen los anhelos no resueltos, dar a la familia actual el lugar donde se expresan y satisfacen las necesidades emocionales más viscerales, dejando en libertad al amigo para tenerlo presente cuando realmente lo necesito, para lo que verdaderamente sí puede estar para acompañarnos. Al mismo tiempo es una buena oportunidad para ver que en la familia no necesitamos encontrar “amigos”, que ese también es un anhelo que impide el desarrollo de la verdadera sintonía que necesitamos con nuestros padres para tener fuerza en la vida.
La espina no compite con el polen de la flor, cada cosa tiene su función.
¡Gracias por este artículo Vir! Acuerdo con todo lo dicho sobre la amistad y celebro que hayas compartido estas reflexiones para tenerlas siempre presentes. Abrazo!